Novedades.

Novedades.



¡Hola amigos lectores!

Sé que llevo muchísimo tiempo sin escribir y sin dar señales de vida. Pero estoy terminando segundo de bachillerato y preparándome para selectividad.
¡No me matéis! Espero que esteis igual de deseoso que yo para conocer que ocurrirá en el próximo capítulo.
¿Al final se van a reencontrar todos, o Julia podrá evitarlo? Si quieres saber que ocurre, aguarda medio mes, y tendrás todas las novedades de los personajes.
Dentro de poco, quisiera añadir unas encuestas en las que vosotros decidáis que podrá ocurrir dejando algunas de mis ideas. Si cumplo mi sueño es gracias a vosotros.
También renovaré la lista de música, mientras tanto, sigue estando las canciones que me inspiran.
Y añadiré descripciones de los personajes, espero que se adapten a vuestros gustos.
Sin más, me voy a seguir estudiando, deseadme suerte corazones:)

Besitos. A.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 8.

El letrero reza "Coffe&Latte", a fuera el cielo se ha cubierto de nubes oscuras. Lucas entra en la cafetería, y se sienta en una mesa cercana de la ventana, mira su reloj, donde marca las seis menos cinco.
Sí, desde siempre había sido demasiado previsor para ciertos acontecimientos. El que al parecer es camarero, atiende al resto de las mesas, su frente está marcada por el sudor y su uniforme le queda dos tallas más grande; anda con especial cuidado, aunque eso no le impide resbalar con un charco que se acaba de formar al derramarse un vaso de leche, sostiene con las dos manos la bandeja llena de cafés y y suspira al ver que nada se ha derramado; en tan sólo unos segundos ha sido el espectáculo de todos los clientes, que respiran aliviados al ver que no ha ocurrido catrástrofe alguna. Lucas desvía la atención de ese joven y se centra en la acera de enfrente, donde transcurre cierto bullicio y los transeúntes se dirigen a sus trabajos respectivos.
Una brisa hace sonar las campanillas de la puerta, un joven de unos ventipocos años entra en  la cafetería, se coloca la chaqueta y mira hacia todos los lados.
Lucas lo ve, y levanta su mano sonriendo, el muchacho le ve, y se acerca a él.
Alejandro anda esquivando mesas hasta llegar en la que está sentado su antiguo amigo, los dos se abrazan dandose toques en la espalda.

-¡Cuánto tiempo Alejandro!-Lucas se coloca la corbata y se sienta en la silla.
-La verdad es que sí-Alejandro se sienta también en su silla-La última vez que te vi, tenías más pelo, amigo.
-¡Imposible! Sigo igual que la última vez.
-Eso no es lo que dicen tus calvas.
-Tú no te quedas corto tampoco ¡eh! Ya se te van notando los años.
-la verdad es que sí, no he tenido tiempo para disfrutar, el estudio fotográfico que tengo montado da mucho trabajo.
-Es cierto, hace tiempo leí una entrevista que te hicieron en una revista, al parecer te estás volviendo en un fotografo aclamado.
-No es del todo cierto, tan sólo fotografíe a una modelo de casualidad y me preguntaron como se desarrollo el trabajo con ella, nada fuera de lo común.
-Por favor Alejandro que modesto eres-Lucas sonríe a su amigo y levanta la mano avisando al camarero-¿Quieres algo de tomar?
-Una tónica.
-Dos tónicas entonces.

El camarero llega rápido y toma nota del pedido, los dos jóvenes esperan a que éste se marche de allí.
En la radio suena welcome to my life, Alejandro recuerda la letra de la canción en su cabeza, mientras Lucas espera al momento idóneo para proponerle lo que lleva semanas planeando desde que leyó ese artículo en aquella revista. No está seguro de que acepte, después de todo, ha sido su enemigo durante muchos años, estando enamorados los dos. De la misma persona, Julia.

-¿Y bien?-Alejandro se reclina en la silla.
-Y bien ¿qué?
-Lucas-Alejandro se ríe ante la mirada de su amigo-Me has citado aquí por algo ¿no es así?
-Cierto, por un momento se me había olvidado-Lucas se estira su chaqueta y se coloca la corbata-Si te he citado aquí es porqué quiero proponerte algo, en realidad, son dos cosas, pero las dos vienen en el mismo "pack".
-Dispara.
-Tengo un trabajo para ti, una boda-Lucas sonríe satisfecho-Me caso dentro de 1 mes y aún no tenemos fotógrafo.
-¿Quieres que sea el fotógrafo de tu boda, Lucas?
- Mi prometida quería uno de confianza y que las fotografías fueran de su agrado. Estuvimos buscando muchos, hasta que hace 2 semanas llego a mis manos una revista donde salía la entrevista que te hicieron, comparamos la calidad, la luz que utilizaste y a Yolanda la gusto.
-Espera Lucas, yo soy fotógrafo, pero aunque tengo montado un estudio, no soy de los profesionales-Alejandro se pone recto en la silla.
-Eso no nos preocupa, sé que harás un buen trabajo, y por el dinero, no hay problema-Lucas ve llegar al camarero y se calla.
Alejandro aprovecha la pausa para pensar rápidamente en lo que su amigo le está pidiendo. Cierto es que el dinero no le vendría mal, aunque eso en su estudio sobra, hace unos meses cuando empezó podría preocuparle pero ahora estaba consiguiendo hacerse famoso en la ciudad. Si le dice que no, seguramente se lo tomaría como algo personal, aunque si le dice que sí, tendrá que trabajar para mejorar la fotografía y hacerles un reportaje espectacular, no podría quedar mal con él, un empresario tan importante.
El camarero deja los vasos en la mesa y se aleja de allí no sin antes dedicarles una sonrisa que muy bien no entiende los dos jóvenes.
-¿Qué me dices Alex?-Lucas bebe de su tónica.
-No lo sé muy bien-Alex hace una pausa para beber de su vaso y contempla a su amigo.
-No quiero ponerte en un compromiso Alejandro, pero que mejor forma de ir ampliando tu estudio, tus conocimientos, que fotografiando una boda.
-Lucas, no es una boda común como el resto, siento discrepar, pero tu boda sale en las revistas y en los periódicos, tengo que estar a la altura de tu fama.
-Eso son tonterías Alejandro. Da igual quien yo sea, todo da igual, lo único de que tienes que preocuparte es de todas aquellas personas que empezaran a acudir a ti.
-Lucas, sí tú en serio quieres que sea tu fotógrafo no se discute más-Alejandro suspira y bebe otro trago de la tónica-Pero sólo si tú lo deseas.
-Desde el momento en que vi que eras fotógrafo.
Los dos amigos estrechan las manos sonriendo. Lucas se da por satisfecho aunque tiene otro asunto que proponerle, mucho más serio e importante que unas simples fotos.
-¿Qué es lo otro que tienes que decirme?-Alejandro sonríe curioso.
-En eso precisamente estaba pensando, en como decírtelo.
-Sin preámbulos.
-Quiero que seas el padrino de mi boda-Lucas, ríe histérico.
-¿Qué quieres qué?-Alejandro le cuesta asimilar lo que éste acaba de decirle.
-Lo que has oído Alex-el teléfono de Lucas empieza a sonar. Su rostro cambia de expresión y saca su cartera donde deja un billete de 5 euros sobre la mesa-Invito yo, pero ahora mismo tengo que marcharme, ha surgido un problema.
-Pero Lucas, no puedes irte ahora que me has soltado esto.
-Tú piénsatelo ¿vale? Cuando sepas la respuesta llámame a este número-Deja la tarjeta encima de la mesa y sale del local con un simple adiós.
Alejandro perplejo mira la tarjeta donde aparece la oficina donde trabaja y su número de teléfono. ¿Y ahora que hace? ¡Qué sea su padrino de boda! Eso es un disparate. Además de que ellos dos nunca han sido muy buenos amigos, siempre han tenido sus más y sus menos. Tiene que darle muchas vueltas a esa "oferta" tan extraña y sobre todo, volver a hablar con él para que le de una explicación sensata a todo aquel disparate.
Una camarera se acerca a su mesa donde sonriente recoge las copas y los generosos 5 euros. Alejandro no presta atención a las insinuadoras miradas que ésta le hecha y sigue contemplando la mesa, mientras intenta buscar sentido a todo lo sucedido.
Una joven sale del baño sonriente, hasta que levanta la mirada y se encuentra con él, sentado en una mesa próxima a la suya. ¿Cómo antes no se había dado cuenta de que él estaba allí? Siente que las piernas la fallan y que se va a desmayar, se apoya en la pared. La camarera que ha intentado filtear con Alejandro, contempla decepcionada desde la barra a aquel muchacho que sigue con la mirada perdida.
Julia se acerca a su mesa y recoge su chaqueta, sin mirar se choca en el camarero patoso de antes, al que pide disculpas y sale corriendo del local ante la curiosa mirada de los clientes.
Alejandro se gira de su silla y ve al camarero recogiendo la bandeja con los vasos rotos y toda la bebida escurriendo, maldice a aquella chica, que con un débil "lo siento" ha salido corriendo de la cafetería, Alex, la mira y la recuerda a Julia, a su amor de toda la vida. Sacude la cabeza, y se promete a si mismo, que tiene que empezar a olvidarla…

domingo, 6 de noviembre de 2011

Capítulo 7.

En un campo de golf a las afueras de la cuidad.

La bola blanca recorre el perímetro con gran velocidad, la bandera ondea con una suave brisa, y la hierba se baña de sol.

-Hoyo 10-Claudio choca la mano con su hijo y saca la bola de agujero.
-Al parecer hemos terminado ya-Alex guarda su palo de golf en la bolsa.

Padre e hijo comienzan a andar por el campo verde, Claudio se coloca bien la visera roja que ha cogido de recepción.

-¿Te apetece una cerveza?-Claudio entrega los palos en la recepción, y una tarjeta de plástico.
-Tengo hasta las dos para tomarme alguna que otra cerveza contigo-Alex se dirige hasta la cafetería del club de golf.
-Dos cervezas por favor-padre e hijo se sientan en la barra-Querrás saber porqué te he echo jugar al golf.
-Me gustaría saber la verdad.
-No es complicado, como sabrás Alejandro tengo ya una edad de pocos disgustos, y la mayor parte del tiempo me le paso pensando en muchas cosas, y por eso mismo te he citado hoy aquí-El camarero deposita dos cervezas en la barra-El negocio familiar se ha traspasado de generación en generación, es la única herencia que nos queda, y tú como bien sabes Marta desde el Congo poco podrá encargarse de ello. Tenemos dos opciones antes de que hables, o venderlo, o tú ser el heredero de ese negocio. Sé que tu pasión es la fotografía, pero de pequeño, el mundo de las editoriales no es tan desagradable, e incluso puedes compaginar los dos proyectos.
-Papá, ¿me estás dando tu empresa?-Alex bebe un sorbo de su vaso-Es una oferta que tengo que pensarla.
-Claramente hijo, no te estoy pediendo que firmes los papeles ahora mismo, pero si que lo pienses.
-¿Y qué haría con mi estudio fotográfico? Ahora el proyecto en el que estoy trabajando marcha bien, y tengo esta semana varias sesiones de fotos.
-Alejandro, si eres un buen hombre de negocios, sabrás que hacer con los dos empleos.
-Es algo que tengo que pensar-Alejandro deja su jarra de cerveza en la mesa y mira hacía el campo de golf- Aún no sé mi respuesta.
-Claro hijo, tienes tiempo aún, hasta septiembre no tengo prisa, que es cuando me llega la prejubilación.

Padre se hijo se miran, uno con los ojos rebosante de esperanza, el otro con dudas sobre su futuro.


En una cafetería del centro de la ciudad, una muchacha espera su café.

Julia teclea en su BlackBerry un e-mail para su mejor amiga. Es lo único que hecha de menos de esa cuidad. Ojala que pudiera venirse algún día y hacerla compañía en aquel triste loft.

La puerta del local se abre con un grave ruido. Entra una mujer con el pelo recogido en una coleta alta, viste un traje azul marino compuesto con una americana y una falda por las rodillas; se acerca a la barra donde pide un capuchino. Julia la observa detenidamente a aquella chica que mira distraídamente la televisión; se inclina hacía la derecha de su asiento y distingue sus rasgos. Esa nariz puntiaguda, esa tez morena, ese pelo rubio, con las raíces castañas, sí, parecía ser ella. Julia bebe de su taza y se levanta hacía la barra para pagar su consumición. Se muerde el labio dudosa, entonces aquella muchacha se gira hacia el camarero que la llama por su nombre; "Esther".
Julia se acerca a ella y posa su mano derecha encima del hombre izquierdo de ella.

-¿Esther?-Julia sonríe.
-Así me llaman-Esther no mira quien la llama y termina de guardar los billetes en su cartera-No voy a hacer declaración alguna sobre la boda, si es por lo que me quiere preguntar.
-¿Boda? ¡Oh no!-Julia estalla en carcajadas-¿No me reconoces?
-¿Disculpa?-Esther levanta la cabeza con el ceño fruncido y observa a aquella muchacha de pelo moreno, algo pálida, más mayor, auque conservando en esa sonrisa la niñez y ojos verdes, rodeados de alguna arruga del cansancio, pero con la misma dulzura. Como una ráfaga de viento, su parecido se asemeja al de su amiga Julia-¿Julia?
-La misma-Julia vuelve a reír-¿Quién creías que era?
-¡Oh dios, es imposible que hayas vuelto!-Esther abraza a su amiga y sonríe con lágrimas en los ojos; tras unos segundos, las amigas se separan observándose-¿Cuándo has vuelto?
-Hace dos meses, y estoy instalada en un loft del centro-Julia se alisa su camisa blanca.
-¿Porqué no tomamos algo juntas y me cuentas todo?

Las dos amigas cómplices sonríen y se sientan en una mesa cercana. Esther pregunta curiosa por todas sus hazañas en Inglaterra y por su familia. Julia omite el detalle de la enfermedad de su madre, odia que se compadezcan de ella ante problemas como estos.

-¡Guau! La última vez que te vi tenías poco pecho y pecas-Julia se ríe.
-Bueno, digamos que el pecho si que me le aumente-Esther carcajea y se encoge de hombros-Siempre quise tener una buena talla de pecho.
-Te ha debido de costar una fortuna considerable.
-Nada que no pueda pagar Julia, ya sabes que mis caprichos solo se cumplen si puedo con ellos.
-Aún así gratis no han debido de salir-Julia frunce el entrecejo-¿O sí?
-Es un detalle muy morboso, pero por ser tú, te lo cuento, hace dos años, estaba saliendo con un cirujano estético, y le conté en pequeño complejo que tenía con mis pechos, así que él se ofreció a operarme gratis.
-Eres de lo que no hay-Las dos amigas estallan en carcajadas, provocando que toda la cafetería las mire-¿Y qué fue de él?
-Duramos medio año más juntos, hasta que me enteré de que tenía una amante en Nueva York y de hay venía tanto viaje, así que, me quede con mis pechos gratis y con el dupléx en el que vivíamos-Las dos amigas vuelven a reír, Esther observa a Julia-¿Y tú? ¿Has vuelto a rehacer tu vida?
-Estoy soltera, si es por lo que preguntas. No he tenido mucho tiempo para romances, para mí el amor es un universo paralelo.
-¿Tampoco has sabido nada de Alejandro?
-De Alejandro no, pero de Lucas sí, cuando llegué allí a los pocos meses, apareció Lucas pidiéndome perdón, e incluso mantener una relación a distancia, pero mi decisión ya estaba clara, nunca volvería con él.
-¿En serio? Los traías locos cuando éramos pequeñas.
-Bueno, las modas se pasan ¿no?

Las dos amigas conversan entretenidas y riendo, mientras que alguien las observa en una mesa contigua, sus ojos grises se posan en la muchacha de la coleta, y sonríe cubriendo sus mejillas con el periódico.

martes, 13 de septiembre de 2011

Capítulo 6.

Los días trascurren hasta el sábado. El despertador despierta a Alejandro, suspira y se levanta. Anoche se durmió a las 3 de la mañana, estuvo avanzando en sus proyectos fotográficos. Jul descansa aún en su cesto de mimbre. Alex sube la persiana y abre las ventanas, para ser tan sólo las 8 de la mañana a fuera la brisa ya es calurosa. Un Junio caluroso al parecer.
Baja a la cocina donde se prepara un café para terminar de despertarse. Mientras piensa en el día que tiene por delante, jugar un partido de golf con su padre, comida con su gran amigo Julián y después había quedado con Lucas, bueno, había sido él quien había decidido quedar por Alex.
Sin demorarse más, apura su café y sube a prepararse.

Aparca el coche Audi TT a la sombra, y se baja de él. A lo lejos ve que el Land Rover de su padre ya está aparcado en su sitio de siempre. Entra a la recepción donde su padre ya está esperándolo.

-Buenos días Alejandro-su padre le da un abrazo chocando la palma de su mano izquierda con la espalda de su hijo.
-Buenos días papá- Alex se coloca bien el polo blanco que ha elegido para hoy.
-Por favor, déme los palos que están encargados a nombre de Claudio Montalvo- su padre se dirige a uno de los recepcionistas.
-Su pista es la 14, y tienen el coche en la puerta.
-¿De qué tenías que hablarme?-Alex coge el saco con los palos y los dos salen de allí.
-Todo a su tiempo Alejandro-Su padre sonríe jovialmente.

Mientras tanto, en un loft en el centro de la cuidad, alguien despierta también.

El teléfono vibra en el fondo del bolso. Julia se levanta del sofá donde ha dormido toda la noche, en la pantalla de su BlackBerry aparece el nombre de su madre, ¿Contestar o Ignorar? Pulsa ignorar. No tiene suficiente cabeza como para aguantar a su madre y sus charlas sobre la distancia y su familia.
Anda descalza por la moqueta hacia la cocina, donde se sirve una taza de café. A fuera el día se ha presentado soleado, y al parecer caluroso, la tostadora pita, y hace saltar las dos tostadas recientes. Mientras desayuna se acuerda de las múltiples conversaciones que tuvo con "Fuck_u69" en las que discutían sobre la importancia del desayuno.

*Inglesita, no todo está perdido dice:
-Venga, aquí desayunamos más cosas aparte de un mustió café.
*Realidad todos los días dice:
-Puedo sobrevivir sin un zumo, huevos fritos y bacón.
*Inglesita dice:
-Se te olvida las tostadas con aceite.
*Realidad todos los días dice:
¿En serio coméis todo eso todos los días? Dan unas ganas impresionantes de vomitar de pensarlo.
*Inglesita, no todo está perdido dice:
Al principio me costo, no te lo niego, pero luego es todo hacerse a la idea.
Realidad todos los días dice:
Cuando vengas aquí, quiero conocer uno de esos desayunos tan famosos.
*Inglesita, no todo está perdido dice:
Eso está hecho, pero a cambio quiero una noche de fiesta por toda la ciudad, hace tiempo que no siento la noche española en mi cuerpo.
*Realidad todos los días dice:
Trato hecho.

Julia mira su café aguado y sus tostadas sin mantequilla y sonríe, sí posiblemente esté ya acostumbrándose a desayunar poco. El teléfono vuelve a vibrar y deja la taza en la encimera y contesta.

-¿Sí?
-Por fin Julia, te he llamado aproximadamente cinco veces-su madre suspira al otro lado del teléfono.
-Mamá tampoco es para exagerar, tan solo me acabo de levantar y no me apetecía hablar con nadie.
-¿No tienes que trabajar hoy?
-Pues no, hoy descanso, en la universidad hoy no hago falta.
-Entonces podrías venir a una comida con nosotros.
-Tengo cosas que hacer, aún tengo que amueblar el loft.
-¿Sabes que hace tres días que no se te ve el pelo? Tu padre quiere verte y hoy vendrán incluso tus cuñados con tus hermanas, haz un poder.
-¿Sabes que tengo que rehacer mi vida mamá? No puedo estar pendiente de toda mi familia, todos los días, algún día lo necesito para mí, para mis cosas, para darme un respiro y acostumbrarme a todo esto, otra vez.
-¡Pero también tienes familia aquí que quiere verte!
-Si tanto quieren verme mamá que vengan a mi casa, que saben de sobra donde es.

Julia cuelga el teléfono sin dar tiempo a contestar a su madre. Recoge el desayuno casi intacto y se tumba en el sofá, mira el portátil, que lleva toda la noche encendido, en MSN está vacío, tan sólo están conectados cuatro alumnos de la facultad, los cuales la ignoran, como ella a ellos, suspira, y recoge todos los papeles y cartones de la comida china de la cena de ayer. Decide que es ya el momento de recoger toda la casa y darse una buena ducha.

En una calle repleta de transeúntes, algunos se hacen espacio a empujones.

Esther consigue llegar a la puerta giratoria del edificio, mientras mira su IPhone y toma un sorbo de su café. Se acerca aprisa a la recepcionista.

-Buenos días señorita Esther-la entrega una tarjeta.
-Buenos días Elena-Esther firma y pasa la tarjeta entregada por un lector-¿Ha llegado ya el director?
-Me ha dicho que la espera en su despacho, y que no se olvide el modelo de esta semana.

Esther suspira y sube por las escaleras corriendo, los tacones chocan con el mármol. Llega a su despacho, donde deja su bolso y el café en la mesa y busca en su caja fuerte los papeles hasta dar con el modelo de la portada de ese mes. Sale del despacho y recorre el pasillo hasta el final, hasta la puerta del despacho del director, respira hondo y toca con los nudillos en la fría puerta de cristal tintado.
Esther entra en el despacho, donde un tipo con bigote y de pelo canoso la observa a través de sus gafas. Esther deja los proyectos encima de la mesa y se sienta sin que el director la de permiso.

-¿Tienes todos los diseños?-el hombre abre la carpeta y observa cada uno de ellos.
-Sólo falta uno por terminar-Esther saca de otra carpeta un diseño aún por finalizar.
-¿Está aún sin terminar?-El hombre la observa y se quita las gafas- Te seré sincero, la revista está a punto de ser lanzada al mercado y necesitamos una portada en cuanto sea, así que elegiré entras cinco que has echo, pero Esther me esperaba un trabajo mucho más elaborado que este. Estos diseños los puedo hacer yo también si me lo propongo, esperaba que esta portada sería mucho más atrayente que la de los meses anteriores, pero veo que vas decayendo cada mes un poco más, y quiero arreglar eso.
-Don Andrés puedo prometerle que he estado trabajando en estas portadas más de lo que usted se piensa...
-Y no dudo de eso, pero son de baja calidad, y este mes tienes aún una por terminar, ¿qué será el siguiente?
-Anoche no pude hacer más que terminar las otras cinco, y esta mañana madrugué para terminar pero no me dio tiempo suficiente... Si me diera otra oportunidad y no me despidiera le prometo que no volvería a ocurrir.
-¡No te voy a despedir Esther! Eres de las mejores empleadas que tengo en esta revista, y como al parecer estás teniendo una temporada floja, he contratado un ayudante para ti. No es que tenga un nivel más alto como el tuyo, pero podrá ayudarte aportando alguna idea nueva y haréis las portadas ambos-El director pulsa un botón del contestador-Elena que suba por favor el nuevo empleado.
-¿En serio cree que un ayudante hará que me refresque la memoria?-Esther se levanta de la silla y recoge los bocetos.
-Esperemos que sea así y que pronto volvamos a tener aquí a nuestra antigua Esther.

Justo en el ese momento un ligero toque de nudillos interrumpe la conversación, la puerta de cristal se abre lentamente y allí aparece el ayudante de Esther, un muchacho con el casco debajo de su brazo y con una sonrisa de perlas blancas, unos ojos grises electrizantes y una tez morena de la propia playa, su nariz es perfecta y sus labios finos. El muchacho viste pantalones vaqueros ajustados y una camiseta negra de licra pegada al cuerpo, remarcando sus músculos.

-Esther te presento a Ricardo, tu ayudante en los próximos meses-Esther le observa con una mirada divertida y le sonríe desde la mesa.
-Encantado-Ricardo estrecha la mano con su jefa en los próximos meses y observa su grandiosa belleza, nunca la había visto antes, más mayor que él, aunque por pocos años y con unos ojos miel profundos.
-Al parecer congeniaréis bien en vuestro trabajo, Esther por favor, enséñale todos los lugares de esta revista y vuestro despacho.

Los dos jóvenes salen del despacho del director y andan por el pasillo, todas las miradas se posan en él. Esther se acerca a una joven que los observa pícaramente.

-Necesito una mesa y una silla nuevas para mi despacho, hazlo saber a recepción.
-Como mande señorita.
-¿Y el resto no tiene nada que hacer? Hay que sacar el número de este mes, y al parecer hay algunas secciones que no están terminadas ¿verdad?-Esther clava los tacones al andar entre los empleados y después gira sobre si misma y contempla a Ricardo que la mira con una sonrisa satisfecha-Por favor, sígame hasta mi despacho.

La pareja termina el pasillo y llega hasta su puerta, donde mete la llave y entra. El despacho está recogido y en la penumbra. Los papeles están apilados en carpetas encima del escritorio y un portátil está apagado.

-Bueno, este será tu despacho durante los meses que estés aquí-Esther se sienta en su silla y enciende el ordenador sacando papeles de carpetas azules.
-¿Dónde dejo mis cosas?-Ricardo busca un sofá o una silla libre.
-Al lado de la puerta tienes un perchero o a la izquierda tienes un sofá donde dejarlo también-Esther teclea en su portátil y enciende la luz del flexo.
-¿Sabes que los estores pueden subirse y tú puedes tener luz natural? Así no forzarás la vista.
-¿Y sabes que a mí me gusta trabajar en penumbra?-Esther le observa-Siéntate por favor-Ricardo obedece y se sienta en una silla enfrente de su jefa-Aquí trabajamos bajo mis ordenes, soy yo la encargada de todos vosotros, para algo tengo un despacho para mi sola. Sólo existe una persona que manda sobre mí, y es el señor Andrés. Todo paso que des en tus progresos como diseñador de publicidad, o lo que seas, tienes que consultármelo a mi, si necesitas ayuda, puedes recurrir a mi, o algún compañero, pero si la fastidiáis yo no quiero saber nada, pasará a asunto de el director, si quieres convivir en esta oficina, no me molestes con tonterías y acata toda orden que te de un superior, y ante todo, odio que me hagan la pelota. ¿Alguna duda?
-¿Qué consecuencias existen si yo no quiero acatar alguna orden?
-Obviamente el despido asegurado-Esther sonríe y estira su mano, Ricardo la estrecha con ella y los dos sonríen-Bienvenido a bordo Ricardo.

martes, 9 de agosto de 2011

Capítulo 5.

Capítulo 5.

Aparca la moto en la entrada de aquel chalet tan grande. El jardín de la entrada está replantado y cuidado. Seguramente trabajo realizado por sus padres. Se acerca a la puerta, donde da unos ligeros toques con los nudillos. Poco tarda en abrirse la puerta. Un hombre canoso, con arrugas alrededor de sus ojos azules sonríe cariñosamente. Alex, abraza a su padre y entra en su antigua casa.

-¿Qué tal estás papá?
-Estupendo, estoy en el jardín preparando la barbacoa, mientras tu madre y tu hermana están en la piscina.
-¡Pero si es aún principios de Junio!
-Ya lo sabes, ellas no se pierden ni un sólo rayo de sol ¿Quieres una cerveza?
-Pásame una - Alex deja el casco en la mesa de la entrada y se dirige a la cocina donde su padre está sacando la cerveza.
-Hace tiempo que no disfrutamos tú y yo de un día solos ¿no crees?
-Puede ser -da un trago del botellín.
-¿Qué te parece un partido de golf el sábado tú y yo solos?
-Suena interesante.
-Tengo que proponerte un asunto.

Alex observa a su cansado padre, éste le contempla y después le dedica una sonrisa como él solo sabe. Antes de que pudiera replicar aparece por la puerta su madre.

-¡Oh Alex cariño! Ya has llegado -su madre lo besa las mejillas dulcemente -¿Cuándo comeremos?
-Pronto, Alex ahora me ayudará con esas chuletas.
-No las quiero comer quemadas, así que caballeros, manos a la obra, o a las chuletas.

Con un dulce giro sobre sus pies, Belén, desaparece de la cocina riéndose, risas alegres a las que se une su hijo y su marido.

Tan sólo a unos cuantos kilómetros, en un dupléx alguien observa papeles encima de su mesa.

En su mano tan sólo sostiene una copa de vino tinto. Degusta en su paladar el sabor amargo y dulce mezclado. Decide sentarse a ver todos los gastos. Encoge las piernas en cruz y coge los papeles de las facturas.
Sí, ese bolso de Prada no le sirvió de mucho al final. Mira otro papel, donde esos zapatos de Dior tampoco los usa mucho. Caprichos y más caprichos todos los días. Y su cuenta bancaria empieza a temblar cada día más. Este será el último mes que derrochará dinero indebidamente.
Mira el reloj que marca las 2 de la tarde, en menos de 10 minutos su novio volverá del trabajo, y no tiene porque ver todas esas facturas. Guarda todos los papeles en una carpeta al fondo de una estantería. Allí Iván no mirará.
Esther decide terminar de arreglar la ensalada. Sin saber porqué, a su mente llega el mensaje que dejo a Alejandro en el contestador de su teléfono ¿lo habrá escuchado? La verdad, es que, desde que estaba con Iván todo la iba genial, y era feliz, pero esta mañana cuando le vio en la puerta del "Coffe&Latte" los recuerdos la volvieron a invadir. No sabía que él había vuelto aquí. Seguía igual que el día que termino con él, igual de hermoso.
La puerta la sobresalta, y coge un trapo para secarse las manos mojadas. En la entrada está Iván dejando las llaves en la cómoda y con su maletín de cuero marrón que ella misma le había regalado hacía poco.
-Hola cielo-Iván la besa fugazmente en los labios y se dirige a la habitación.
-¿Qué tal la mañana?-Esther deja el trapo en una de las sillas y le observa quitarse los zapatos.
-Como siempre Esther, papeleó, alguna reunión que otra. Nada que no ocurra todos los días.
-¿Esta tarde saldrás pronto?
-Supongo, hoy no había mucho trabajo, y varios empleados me han pedido la tarde-Iván se quita la chaqueta de la americana y también la corbata azul marina-¿Qué hay de comida?
-Una ensalada fresquita.
-Perfecto, porque tengo muchísimo calor ahora mismo, vete a terminarla.

Esther sale de su habitación y se dirige a la cocina donde termina de poner la mesa y de hacer la ensalada. Mira por la ventana y a la mente la llega una antigua canción que siempre escuchaba su padre "Love Me Tender" Iván, tiene muchos fallos, pero con él es feliz, a su forma. Oye a Iván a venir por el pasillo quejándose.

-Deberías quitar esa planta que has comprado, no hago más que tropezarme con ella.
-Ten más cuidado-Esther deja encima de la mesa un plato de ensalada.
-No tengo porque tenerlo, cámbiala de sitio, además esta casa es tan tuya como mía no lo olvides cielo.

Esther sonríe y se sienta con la persona que un día la cautivo.

En un loft en el centro de la ciudad.

Julia se sienta en el sofá y vuelve a revisar el MSN, efectivamente, "Fucku69" se había desconectado nada más esta abrirle conversación.
¿Pero que le pasaba a ese chaval? Tan sólo había llegado 15 minutos tarde, y tenía una explicación para él.
Se tumba en el sofá y respira hondo. Tampoco es que fuera alguien del cual estuviera enamorada, sí, le tenía cariño y habían compartido mucho, hoy incluso podrían haber formado una bonita amistad. Exacto, una amistad.
¿A quién pretendía engañar? Ese chico había rozado su pequeño corazón cada día, al igual que hizo Alex de jóvenes.
Se levanta del sofá y se dirige a una de las cajas aún sin abrir, dentro contiene un gran álbum de fotografías de su juventud. Está rebosante de fotografías en las que estaba con él. Cada página tiene apuntada una nueva fecha. Se para a mirar una de las fotos. En un estanque. Pero uno especial. Y sin darse cuenta vuelve a viajar a sus recuerdos.

Los dos paseaban de la mano sonriendo. Hacía tan sólo unas horas él le había confesado que la amaba. Y ella había renunciado a la beca que le habían ofrecido. Todo había ocurrido muy deprisa pero no se arrepentía de ello. Alejandro balancea sus manos entrelazadas y solamente sonríe.
Los dos, se paran en un pequeño estanque lleno de cisnes, blancos y hermosos. Se sientan juntos.
-Estás preciosa ¿sabes?-Él la aparta un mechón de su frente que tapa parte de sus ojos verdes.
-Me haces sentirme preciosa Alejandro-los dos sonríen y se funden en un beso, un beso mágico y perfecto. De película.
-Quiero proponerte algo. Pero para eso tienes que cerrar los ojos.
-De acuerdo-Julia cierra los ojos y espera sonriendo aún. Oye a Alex hacer un que otro ruido, y empieza a reírse-¿Todavía tengo que tenerlos cerrados?
-Puedes abrirlos ya.
¿Ya?-Sin esperar contestación alguna abre sus ojos, y allí está su novio, con un tallo de una flora en forma de anillo, y la flor en la otra mano. Sonríe y sus mejillas están bañadas de vergüenza-¿Qué es esto?
-Es un anillo, echo deprisa y sin cuidado, pero en el fondo un anillo-Sonríe y la mira, entonces descubre que está seguro de su proposición- Julia Gómez, ¿quieres prometerme que en un futuro nos casaremos juntos?

Julia le mira y siente su corazón paralizado, esta proposición es como comprometerse, como ser la prometida de alguien. Mira el anillo y después a él, tan solo tienen 17 años y ya piensan en un futuro juntos, ¡en casarse incluso! Sus ojos la prometen fidelidad, una sincera fidelidad y amor por mucho tiempo, entonces descubre su respuesta.

-Sí, si quiero Alejandro Montalvo. Quiero casarme contigo dentro de unos cuantos años. ¡Oh dios! estoy comprometida.
-Estamos-rectifica Alejandro. Julia sonríe y se lanza al cuello de su novio, besándolo con una nueva pasión descubierta. Justo, en ese momento, todos los cisnes echan a volar, y alguien que pasa por allí fotografío la escena.

Después de varios años, Julia guardaba el anillo, los pétalos secos y la fotografía con la fecha.

lunes, 1 de agosto de 2011

Capítulo 4.

El contador del taxi marca 6 euros. Por el retrovisor el chofer observa aquella muchacha de pelo negro y ojos verdes, que busca en su bolso algo de dinero suelto. Finalmente saca un billete de 10 euros, que le entrega al conductor.

-Quédese con el cambio, muchas gracias.
-A usted señorita, buen día-Sonríe el taxista por el retrovisor.

La muchacha se baja del coche colocándose el bolso y saca las llaves del portal. Gracias al sueldo que obtiene todos los meses, ha podido alquilar un buen piso en el centro de la ciudad, nada más y nada menos que un loft.
Entra en el portal, donde el portero la saluda. Julia mira su buzón que está lleno de cartas y publicidad. Mientras espera a que el ascensor llegué, revisa todas aquellas cartas del banco. Tan sólo lleva aquí 2 meses y todos los pagos se la empiezan a acumular.
El ascensor para y de él sale un muchacho, aproximadamente de su edad, vestido con un traje expresamente hecho a medida.
Los dos cruzan sin mirarse, pues uno no hace más que mirar su reloj y ella todos aquellos pagos. El silencio de su loft la recibe a Julia, la que enciende el contestador, y se tumba en la cama. Ni un sólo mensaje importante.
El silencio que la envuelve la permite oír los gritos de sus vecinos y las ambulancias que pasan por cerca de su casa. Sonríe y piensa que a ella tampoco la vendría mal tener alguien con quién discutir, aunque solamente fuera por el color del sofá. Mira hacia la mesa de cristal donde está su portátil. Se levanta y lo enciende, mientras se inicia se pone una camiseta de tirantes y un pantalón corto.
Se sienta enfrente del ordenador con una tarrina de helado de vainilla, su preferido, e inicia el MSN. Los dos muñecos giran, aunque poco dura su pequeño baile en círculos.
En el margen derecho de la pantalla un recuadro indica que "Fucku69" está conectado. ¿Le habla o no?
. . .

Sube a su habitación por las escaleras de caracol y se dirige a su dormitorio. Instintivamente mira su escritorio lleno de papeles, entre ellos facturas, aunque sobre sale su portátil. Se acerca a él, e introduce la contraseña. El MSN se inicia y allí aparece una ventana naranja parpadeante.

Mientras tanto, en la misma ciudad, un poco más lejos.

Lucas deja su pelo corto mecerse ligeramente. El reloj marca las 12 de la mañana y la reunión con la empresa del catering debería haber empezado ya. Yolanda querrá matarlo seguramente.
El teléfono empieza a sonar, y se desliza en el asiento contiguo. En la pantalla aparece el nombre de su prometida, la misma en la que estaba pensando hacía un momento.
-¿Lucas? ¿Dónde diablos estás?
-Llegando, a falta de 5 minutos, pero ahí un gran atasco del que no puedo salir- se incorpora en su asiento y ve la inmensa cola de coches que tiene por delante-A debido de haber un accidente.
-¡Ven ya!

Al otro lado tan sólo se oye unos ligeros pitidos que dan finalizada la conversación. Se la imagina paseando de arriba abajo, con sus tacones maltratando el marmól del suelo, su melena rubia alborotada y sus uñas ligeramente maltratadas de tanto chocar con una mesa en señal de nerviosismo. El tema de la boda les estaba volviendo locos a los dos, ella tan sólo tiene en la cabeza sacar adelante su negocio y que tenga la mejor boda de su vida, mientras que él, hace gestiones en la oficina para que su padre por fin quede satisfecho con la boda. Y cómo sí fuera poco, la madre de Yolanda no hace más que entrometerse en la relación, produciendo varias discusiones a la semana entre la pareja. ¿Quién dijo que las bodas eran fáciles?
Suspira, y enciende la radio donde empieza a sonar el último éxito en ventas "McFly" al parecer es el último grupo adolescente que ha florecido en Reino Unido y millones de fans ya han elevado la cifras de ventas. Su último single es "Falling in love". Un grupo de chicas pasa por la acera desde donde escuchan al parecer su nueva canción favorita, y todas ríen y le miran. Lucas las observa divertido, hasta que se fija en una de ellas, pelo negro, ojos verdes, entonces la recuerda. La ve en esa muchacha, cuando tan sólo tenían 17 y 18 años respectivamente y ella también subía el volumen de la radio para escuchar a su artista favorito.
Hace tiempo que dejo de contestar llamadas y e-mails, aunque no la culpa, después de todo fue él mismo quien creyó que una aventura no rompería la relación e incluso la amistad. Lucho por ella cuando marcho a Oxford a estudiar medicina, pero ella ya no era aquella adolescente ingenua, en ese momento era la presidenta del Club de Anatomía y sólo pensaba en su matricula de honor y en un perfecto graduado. Incluso hacía planes futuros para vivir allí, y así fue, la pequeña Julia creció y se convirtió en una respetada doctora que impartía clases en la Universidad, hechos que fueron contados por su orgullosa madre antes de caer enferma. Él, en cambio, lo máximo que había conseguido fue sacar la carrera de Economías y trabajar en la empresa de su padre, siendo un trabajador más. Sí, la echa de menos, pero ahora está prometido con Yolanda la cual estará histérica esperándole.

martes, 7 de junio de 2011

Capítulo 3.

Capítulo 3.

Aparca la moto y se baja de ella con el casco debajo del brazo. Sube las escaleras hacia su casa y abre la puerta trasera de esta. Allí una pequeña Yorkshire menea su pequeña cola y ladra contenta recibiendo a su dueño. Alex, le acaricia su pequeña cabecita y esta corre alrededor suyo.

-¿Cómo te has portado Jul?

La perrilla ladra y corre hacia la cocina. Alex la sigue, mientras se quita la chaqueta. La da como premio una loncha de Jamón York y la llena el cuenco de agua limpia y fresca.
Anda hacía el salón, y enciende el contestador que parpadea, en él van saltando todos los mensajes, poco importantes, mientras, recoge los juguetes de Jul.
Sí, tendrá que llamar a sus padres y a su hermana. También Esther a llamado comentándole lo bien que vive y las muchas ganas que tiene de verle.
El último mensaje le desconcierta, es de Lucas. Alex sólo llega a oír el final, y vuelve a ponerlo.

"Hola Alejandro... ¿Qué es de tu vida? Te preguntarás cómo te he localizado, fueron tus padres quienes me dieron tu número de teléfono...Hace mucho tiempo que no nos vemos, y me preguntaba sí querías tomar algo conmigo el sábado en el Coffe&Latte, ¿Te hace? Perfecto, a las 6"

El mensaje se corta con un pitido. Alex incrédulo, vuelve a repetir el mensaje como unas 3 veces más ¿Qué será tan importante como para ponerse en contacto con Lucas?
Finalmente se tumba en el sofá y llama a sus padres.

-¿Sí?
-Marta, pásame con mamá.
-Hola Alejandro, yo también me alegro de oírte, sí yo muy bien, me alegro por ti, Ahora te paso a mamá.
-¡Qué fastidiosa eres Marta!
-¿Qué ocurre Alejandro?
-Hola mamá, oí tus mensajes en el contestador y decidí llamarte.
-¿No trabajas hoy?
-Hoy descanso mamá, te lo he dicho mil veces-Alejandro se tapa con un cojín el rostro.
-Entonces, ¿por qué no te pasas por aquí a comer?
-¿A comer?
-Tu padre está encendiendo ya la barbacoa.

Alejandro sonríe y da una rápida contestación a su madre. Un día en familia tampoco será tan horroroso como parece.

domingo, 5 de junio de 2011

Capítulo 2.

Después de haber corrido toda la manzana llega a la cafetería, en su mano lleva una rosa que acaba de arrancar de un rosal. Le busca con sus ojos verdes, pero allí no hay nadie. Tan sólo una rosa encima de una mesa. Probablemente se hubiera cansado de esperar.
Pues sí, "Fuck_u69" había desaparecido de allí.
Se sienta en la mesa y pide un Latte. Mira por la ventana y sonríe. Pasa el tiempo que pase, su ciudad seguirá estando igual de hermosa. Saca de su bolsillo delantero su BlackBerry y teclea distraída los últimos puntos del informe que tiene que enviar a Londres. En su mente aparece él, otra vez, desde que volvió hace 2 meses todos los lugares le recuerdan a él.
Una de las camareras deposita el Latte encima de la mesa y se marcha sonriendo hacía otra mesa.
Termina de teclear y da a enviar, acompañándolo de un largo suspiro. Mientras toma su Latte mira la avenida llena de gente paseando, y sin saber porqué, un recuerdo la inunda la memoria.

Hace 6 años.

Se acerca despacio para sorprenderlo, donde está él, el muchacho al que quiere desde siempre.
Alejandro está tumbado en el césped a la sombra de un gran árbol, y escribe en su pequeño portátil. Julia sonríe y se tira despacio encima suyo riendo, sobresaltándolo. Los dos forcejean entre cosquillas hasta que quedan tumbados boca-arriba en el césped.

-¿Tú no estabas atendiendo una llamada importante?
-Exacto-Julia rehúye su mirada y mira el portátil- ¿Qué escribes?
-Leo correos-rectifica él-¿Quién era?
-Era el decano de una Universidad, han visto mis notas-confiesa Julia tras una breve pausa.
-¿De aquí?
-No, no era de aquí-Julia coge la mano de él, de su mejor amigo y sonríe-Me han ofrecido marcharme a Oxford a estudiar, Alex.

Los oídos de Alex no dan crédito a lo que escuchan. Su pequeña Julia se marcha de allí, lejos de él, y durante mucho tiempo.

-¿Alex no dices nada?-Julia está nerviosa y se muerde el labio inferior.
-Eso es magnífico Julia- la abraza fuertemente, y cierra los ojos mientras su corazón se rompe-¡Guau! Oxford.
-Sí... Oxford.
-¿Para cuándo te quieren allí?-Alex se separa de ella la intenta sonreír.
-Espera, ¿quieres que me marche?
-Bueno, no, pero es una oferta que no puedes dejar marchar.
-Existen muchas más ofertas Alex.
-Pero no como esta Julia. Es tu sueño.
-Lo cuál quiere decir que quieres que me marche.
-Yo no dije eso-Alex cada vez entiende menos y frunce el entrecejo.
-Pero lo quieres-Julia suspira y se levanta de su lado.
-Es tu futuro Julia, ¿vas a quedarte aquí teniendo Oxford?
-Me marcho el viernes, Alejandro.

Y sin mediar palabra se marcha de allí con el corazón de Alex echo pedazos.

La BlackBerry de Julia comienza a vibrar avisando de un nuevo mensaje. La Universidad ha aceptado su propuesta y mañana mismo comenzará su plan. Se apura su Latte y sale de allí dejando una propina. Se acerca a la calzada y para un taxi que en ese momento está libre.

sábado, 4 de junio de 2011

Capítulo 1.

Y justo existe una milésima de segundo en la que piensas y te preguntas: ¿Qué hago yo aquí? ¿Es esto lo más acertado?
El muchacho deja la rosa encima de la mesa y sale de la cafetería con el casco de su moto en el brazo. La honda negra lo espera igual que la dejo hace escasos minutos. Mira hacia todos los lados pero no hay rastro de "Morena_inglesita78". Alejandro esboza una sonrisa amargada y se monta en su moto dejando atrás aquella cafetería de los años 80.
La honda se mece con la suave brisa primaveral y se tumba en las curvas. Un semáforo en rojo hace parar aquel cuidado balanceó de curvas.
El muchacho se acuerda de ella, otra vez. Por muchas mujeres que conozca en su vida, ninguna será como ella, la primera y la última en haber rozado su corazón.
Y un recuerdo le invade, la primera vez que la vio llorar.

Seis años atrás.

Sus padres acaban de marcharse con los padres de ella, otra vez. Alex, se asoma al balcón donde la noche ha caído ya. Seguro que vuelven a estar juntos como cada noche desde hace un año. Una punzada de dolor le traspasa el pecho. ¿A quién quiere engañar? La ama desde que tiene uso de razón. El teléfono suena. Sabe que será Esther la que llama, pero no quiere esta noche discutir con ella.
Un coche para con un frenazo seco, y del coche se baja una chica llorando. Con las llaves que saca del bolso empieza a arañar la carrocería del “Mercedes”.
Algunos vecinos curiosos se asoman por las ventanas y observan la escena, muchos de ellos conociendo a la muchacha.
Del Mercedes, esta vez se baja un muchacho quién mira horrorizado la carrocería arañada. Se acerca a ella, intentándola calmar con palabras tranquilizadoras. Ella, con lágrimas en todo su rostro, alza la mano posándola con brusquedad en su mejilla izquierda, sin reparo alguno, girando la cara de él.
Alejandro, desde su balcón ha observado atónito la escena. Aquella era Julia y su novio.
Sin salir de su asombro, anda en círculos por su salón, debería ver como está, al fin y al cabo son como hermanos. Mientras que estos pensamientos le rondan en su cabeza el timbre suena. Se apresura a abrir la puerta, y en el umbral está ella. Julia se abraza a sí misma mientras su cara está bañada de lágrimas, y aún así, sonríe.
Alex, sin pensárselo dos veces, la abraza fuertemente y la hace pasar para dentro. Pasados unos minutos, Julia ya está calmada y en sus manos tiene una taza de tila. Alejandro frente de ella, la mira preocupado.

-Deja de mirarme así Alex-Julia bebe un sorbo de la taza.
-Estoy preocupado ¿qué ha ocurrido?-se sienta a su lado.
-Es algo largo de explicar- Julia con una de sus manos libres coge la de su mejor amigo y la aprieta cariñosamente-Esta tarde, nos hemos encontrado con Carla, en uno de los momentos que me fui al servicio ellos aprovecharon para besarse.
El muchacho la mira con sorpresa, buscando algo que decir. Julia bebe otra vez de su taza, y sus ojos vuelven a cubrirse de lágrimas.

-Por favor, no llores más Julia-Alex la quita una lágrima de su mejilla rosada- Él no se merece ya más lágrimas.
-Lo quiero-sentencia ella con un suspiro.
-Algún día ya no lo querrás y todo se acabará-Alex la sonríe y nota como su amor por ella se reafirma con cada palabra-A fuera existen muchos más chavales, y uno de ellos será quién verdaderamente te quiera como sólo tú te mereces.

Ella sonríe y lo mira. Mira a sus ojos azules angustiados. Ve ternura en ellos y preocupación, una preocupación que la gusta y que la hace florecer algo que tenía oculto en ella desde hace muchísimo tiempo. Siente un cosquilleó en las yemas de sus dedos.

-Gracias Alex- lo abraza y sonríe.
-No hay porqué darlas pequeña, dijimos siempre juntos.

En ese momento el timbre suena haciendo que se separen. El muchacho se acerca a la puerta y allí está Esther con los brazos en jarras y el ceño fruncido.
                                                                        ...

Los coches que están detrás de él suenan su claxon. Alejandro acelera y desaparece de aquella avenida con aún el recuerdo de Julia en su cabeza.