Novedades.

Novedades.



¡Hola amigos lectores!

Sé que llevo muchísimo tiempo sin escribir y sin dar señales de vida. Pero estoy terminando segundo de bachillerato y preparándome para selectividad.
¡No me matéis! Espero que esteis igual de deseoso que yo para conocer que ocurrirá en el próximo capítulo.
¿Al final se van a reencontrar todos, o Julia podrá evitarlo? Si quieres saber que ocurre, aguarda medio mes, y tendrás todas las novedades de los personajes.
Dentro de poco, quisiera añadir unas encuestas en las que vosotros decidáis que podrá ocurrir dejando algunas de mis ideas. Si cumplo mi sueño es gracias a vosotros.
También renovaré la lista de música, mientras tanto, sigue estando las canciones que me inspiran.
Y añadiré descripciones de los personajes, espero que se adapten a vuestros gustos.
Sin más, me voy a seguir estudiando, deseadme suerte corazones:)

Besitos. A.



domingo, 18 de diciembre de 2011

Capítulo 8.

El letrero reza "Coffe&Latte", a fuera el cielo se ha cubierto de nubes oscuras. Lucas entra en la cafetería, y se sienta en una mesa cercana de la ventana, mira su reloj, donde marca las seis menos cinco.
Sí, desde siempre había sido demasiado previsor para ciertos acontecimientos. El que al parecer es camarero, atiende al resto de las mesas, su frente está marcada por el sudor y su uniforme le queda dos tallas más grande; anda con especial cuidado, aunque eso no le impide resbalar con un charco que se acaba de formar al derramarse un vaso de leche, sostiene con las dos manos la bandeja llena de cafés y y suspira al ver que nada se ha derramado; en tan sólo unos segundos ha sido el espectáculo de todos los clientes, que respiran aliviados al ver que no ha ocurrido catrástrofe alguna. Lucas desvía la atención de ese joven y se centra en la acera de enfrente, donde transcurre cierto bullicio y los transeúntes se dirigen a sus trabajos respectivos.
Una brisa hace sonar las campanillas de la puerta, un joven de unos ventipocos años entra en  la cafetería, se coloca la chaqueta y mira hacia todos los lados.
Lucas lo ve, y levanta su mano sonriendo, el muchacho le ve, y se acerca a él.
Alejandro anda esquivando mesas hasta llegar en la que está sentado su antiguo amigo, los dos se abrazan dandose toques en la espalda.

-¡Cuánto tiempo Alejandro!-Lucas se coloca la corbata y se sienta en la silla.
-La verdad es que sí-Alejandro se sienta también en su silla-La última vez que te vi, tenías más pelo, amigo.
-¡Imposible! Sigo igual que la última vez.
-Eso no es lo que dicen tus calvas.
-Tú no te quedas corto tampoco ¡eh! Ya se te van notando los años.
-la verdad es que sí, no he tenido tiempo para disfrutar, el estudio fotográfico que tengo montado da mucho trabajo.
-Es cierto, hace tiempo leí una entrevista que te hicieron en una revista, al parecer te estás volviendo en un fotografo aclamado.
-No es del todo cierto, tan sólo fotografíe a una modelo de casualidad y me preguntaron como se desarrollo el trabajo con ella, nada fuera de lo común.
-Por favor Alejandro que modesto eres-Lucas sonríe a su amigo y levanta la mano avisando al camarero-¿Quieres algo de tomar?
-Una tónica.
-Dos tónicas entonces.

El camarero llega rápido y toma nota del pedido, los dos jóvenes esperan a que éste se marche de allí.
En la radio suena welcome to my life, Alejandro recuerda la letra de la canción en su cabeza, mientras Lucas espera al momento idóneo para proponerle lo que lleva semanas planeando desde que leyó ese artículo en aquella revista. No está seguro de que acepte, después de todo, ha sido su enemigo durante muchos años, estando enamorados los dos. De la misma persona, Julia.

-¿Y bien?-Alejandro se reclina en la silla.
-Y bien ¿qué?
-Lucas-Alejandro se ríe ante la mirada de su amigo-Me has citado aquí por algo ¿no es así?
-Cierto, por un momento se me había olvidado-Lucas se estira su chaqueta y se coloca la corbata-Si te he citado aquí es porqué quiero proponerte algo, en realidad, son dos cosas, pero las dos vienen en el mismo "pack".
-Dispara.
-Tengo un trabajo para ti, una boda-Lucas sonríe satisfecho-Me caso dentro de 1 mes y aún no tenemos fotógrafo.
-¿Quieres que sea el fotógrafo de tu boda, Lucas?
- Mi prometida quería uno de confianza y que las fotografías fueran de su agrado. Estuvimos buscando muchos, hasta que hace 2 semanas llego a mis manos una revista donde salía la entrevista que te hicieron, comparamos la calidad, la luz que utilizaste y a Yolanda la gusto.
-Espera Lucas, yo soy fotógrafo, pero aunque tengo montado un estudio, no soy de los profesionales-Alejandro se pone recto en la silla.
-Eso no nos preocupa, sé que harás un buen trabajo, y por el dinero, no hay problema-Lucas ve llegar al camarero y se calla.
Alejandro aprovecha la pausa para pensar rápidamente en lo que su amigo le está pidiendo. Cierto es que el dinero no le vendría mal, aunque eso en su estudio sobra, hace unos meses cuando empezó podría preocuparle pero ahora estaba consiguiendo hacerse famoso en la ciudad. Si le dice que no, seguramente se lo tomaría como algo personal, aunque si le dice que sí, tendrá que trabajar para mejorar la fotografía y hacerles un reportaje espectacular, no podría quedar mal con él, un empresario tan importante.
El camarero deja los vasos en la mesa y se aleja de allí no sin antes dedicarles una sonrisa que muy bien no entiende los dos jóvenes.
-¿Qué me dices Alex?-Lucas bebe de su tónica.
-No lo sé muy bien-Alex hace una pausa para beber de su vaso y contempla a su amigo.
-No quiero ponerte en un compromiso Alejandro, pero que mejor forma de ir ampliando tu estudio, tus conocimientos, que fotografiando una boda.
-Lucas, no es una boda común como el resto, siento discrepar, pero tu boda sale en las revistas y en los periódicos, tengo que estar a la altura de tu fama.
-Eso son tonterías Alejandro. Da igual quien yo sea, todo da igual, lo único de que tienes que preocuparte es de todas aquellas personas que empezaran a acudir a ti.
-Lucas, sí tú en serio quieres que sea tu fotógrafo no se discute más-Alejandro suspira y bebe otro trago de la tónica-Pero sólo si tú lo deseas.
-Desde el momento en que vi que eras fotógrafo.
Los dos amigos estrechan las manos sonriendo. Lucas se da por satisfecho aunque tiene otro asunto que proponerle, mucho más serio e importante que unas simples fotos.
-¿Qué es lo otro que tienes que decirme?-Alejandro sonríe curioso.
-En eso precisamente estaba pensando, en como decírtelo.
-Sin preámbulos.
-Quiero que seas el padrino de mi boda-Lucas, ríe histérico.
-¿Qué quieres qué?-Alejandro le cuesta asimilar lo que éste acaba de decirle.
-Lo que has oído Alex-el teléfono de Lucas empieza a sonar. Su rostro cambia de expresión y saca su cartera donde deja un billete de 5 euros sobre la mesa-Invito yo, pero ahora mismo tengo que marcharme, ha surgido un problema.
-Pero Lucas, no puedes irte ahora que me has soltado esto.
-Tú piénsatelo ¿vale? Cuando sepas la respuesta llámame a este número-Deja la tarjeta encima de la mesa y sale del local con un simple adiós.
Alejandro perplejo mira la tarjeta donde aparece la oficina donde trabaja y su número de teléfono. ¿Y ahora que hace? ¡Qué sea su padrino de boda! Eso es un disparate. Además de que ellos dos nunca han sido muy buenos amigos, siempre han tenido sus más y sus menos. Tiene que darle muchas vueltas a esa "oferta" tan extraña y sobre todo, volver a hablar con él para que le de una explicación sensata a todo aquel disparate.
Una camarera se acerca a su mesa donde sonriente recoge las copas y los generosos 5 euros. Alejandro no presta atención a las insinuadoras miradas que ésta le hecha y sigue contemplando la mesa, mientras intenta buscar sentido a todo lo sucedido.
Una joven sale del baño sonriente, hasta que levanta la mirada y se encuentra con él, sentado en una mesa próxima a la suya. ¿Cómo antes no se había dado cuenta de que él estaba allí? Siente que las piernas la fallan y que se va a desmayar, se apoya en la pared. La camarera que ha intentado filtear con Alejandro, contempla decepcionada desde la barra a aquel muchacho que sigue con la mirada perdida.
Julia se acerca a su mesa y recoge su chaqueta, sin mirar se choca en el camarero patoso de antes, al que pide disculpas y sale corriendo del local ante la curiosa mirada de los clientes.
Alejandro se gira de su silla y ve al camarero recogiendo la bandeja con los vasos rotos y toda la bebida escurriendo, maldice a aquella chica, que con un débil "lo siento" ha salido corriendo de la cafetería, Alex, la mira y la recuerda a Julia, a su amor de toda la vida. Sacude la cabeza, y se promete a si mismo, que tiene que empezar a olvidarla…

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